Adam Alter

Gusta mucho cuando en vez de ir a lo fácil y focalizarse en un caso concreto y deambular con divagaciones repetitivas sin parar, se trate un tema tan candente desde diversos puntos de vista, diferentes enfoques, con un desarrollo tan didáctico y con casuísticas relacionadas, pero cada una con sus particularidades que entroncan con un tema tan de actualidad como las adicciones a la tecnología. Que más que otra cosa son mucho de desahogo a las ansiedades y los problemas emocionales de personas como cualquiera, dificultades entendibles, pero que tienen el peligro de activar la necesidad de alivio y luego llegan los comportamientos aprendidos que no permiten tener una vida plena sin penalizar el desarrollo de uno. Las adicciones de comportamiento como las termina llamando Alter. Y también que no tiene miedo a dar visiones contradictorias con datos y estudios probados, además que toda la información psicológica y las soluciones posibles dan pautas para intentar sobrellevar mejor o incluso erradicar algunos comportamientos nocivos, también alentar la analogización de muchas cosas, señalar la obsesión por los excesivos números que nos evitan ser conscientes de nuestros límites (por ejemplo en el deporte) o la nula necesidad de cuantificar la aceptación de forma vacía con visitas y likes. Entre muchas más cosas que hacen de este libro una lectura amena, lo suficientemente ilustrativa y completa, además de bien pensada como estudio de un problema actual dirigido al gran público.… (mais)

You didn't realize you pick up your phone, on average, 39 times an hour?

That you have a slight addiction to that game your niece installed on your iPad?

That your shopping tendencies, such harmless fun to you, may be controlled by invisible strings?

Welcome to the modern world, where behavioral addictions are surging far past chemical ones.

Adam Alter tells you about the history of addiction (from the hapless inventor of Coca-Cola to today's World of Warcraft, where you're lucky if you manage to will yourself to take a break to use the bathroom or sleep) leaving no stone unturned (hello, Sigmund Freud, you big promoter of the wholesome values of cocaine!) in the new field of behavioral addiction.… (mais)