Ya estaba sobre aviso de que Vallejo era un poeta difícil, y desde luego lo es. Pero, aunque muchas veces no entienda lo que quiere decir, siempre es capaz de transmitir una emoción, desde la melancolía ("Esta tarde llueve como nunca; y no/tengo ganas de vivir, corazón") hasta la épica. Sólo algunos versos, algunas imágenes sueltas me permiten atisbar, como por ventanas, el interior de este hombre. También llama la atención los retorcimientos que hace del lenguaje, el uso extremo de la sintaxis que, sin embargo, no traspasa los límites del idioma, pese a algunas licencias. Me ha dejado inquieto, aunque sin saber bien por qué. ( )