La primera mitad o asi me ha gustado mucho, muy divertido y gracioso. Para quienes han leido otras aventuras del detective, es todo lo que uno se imaginaria.

Pero a partir de ahi varios personajes tendran monologos donde explican su pasado/presente/intenciones y donde a duras penas encuentra la chispa que existe en la primera parte.

El final en particular parece que es una secuencia de escenas para poder atar cabos tan rapido como sea posible sin mas miramientos ni entretenimientos.

Aun asi quiza merece la pena, la primera parte es realmente buena. ( )

El detective protagonista de "El misterio de la cripta" vuelve a la acción en la Barcelona actual, movido por la amistad y sin un euro en el bolsillo, en una carrera contrarreloj por desarticular una acción terrorista antes de que intervengan los servicios de seguridad del Estado. En esta sátira genial, Eduardo Mendoza, la fábula crea su propia verosimilitud, que es, paródicamente, la del género policial, y la de la farsa convertida en apólogo moral. ( )

Di Mendoza si può solo dire che è un piacere e ne vale sempre la pena. Qui poi abbiamo un nonno cinese che da solo vale il libro... ( )

EL ENREDO DE LA BOLSA Y LA VIDA
Nuevamente Eduardo Mendoza regresa a sus elementos más recurrentes de su última novelística: el humor, el sarcasmo, la ironía sirven como filtro para observar el mundo inmediato que lo rodea y poner algo de sordina en tanto discurso político y pseudoético que nos envuelve.
También acude a los viejos personajes que aparecen en sus novelas desde los años 80, El misterio de la cripta embrujada, El laberinto de las aceitunas ,abarcando un largo trayecto hasta El asombro viaje de Pomponio Flato(2008). El alucinante detective anónimo de todas esas novelas vuelve a tomar las riendas con una voz narrativa en primera persona y desde la Barcelona actual ahogada por la crisis , ofreciendo un panorama desmitificador desde el negocio ruinoso de su peluquería, intentando neutralizar un supuesto ataque terrorista en el que confluyen Al Qaeda, Ángela Merquel y su propia persona.
Adquiere un gran peso un pequeño bazar chino, situado frente a su peluquería, en la que nunca entró un cliente, símbolo de esa globalización capaz de absorber cualquier empresa que se le ponga a su alcance. La parodia con la que muestra el contexto catalán adquiere su más fina ironía en la visión que esos comerciantes chinos tienen de ese territorio visto como un mercado. El abuelo Siau nombra al gobierno catalán como General Tat.
La búsqueda de un tal Rómulo el Guapo, desaparecido misteriosamente, y antaño compañero de psiquiátrico del personaje central, es el hilo conductor de esta novela en la que también convierte en protagonistas a personajes nacidos en el lumpen, llegados en pateras, o supervivientes en la Barcelona que pulula por lo más sórdido de las Ramblas.
El manejo del lenguaje al servicio de los idiolectos de tales individuos adquiere una maestría con la que no para de sorprendernos.
Observo, y es una opinión personal, que Eduardo Mendoza ha disfrutado muchísimo con la redacción de la novela, con el resultado de una obra de fácil lectura y que renuncia, quizá sin proponérselo, a alcanzar un nivel más elevado, más elaborado y, por tanto, más ambicioso. En su lugar, cierta superficialidad a favor de un divertimento fácil de olvidar nos hacen sentir cierta frustración hacia la obra de un novelista del que cabía esperar mucho más.

El anónimo detective de El misterio de la cripta embrujada, El laberinto de las aceitunas y La aventura del tocador de señoras regresa a la acción en tiempos de crisis. Contra su voluntad, es decir, movido por la amistad y sin un euro en el bolsillo, vuelve a ejercer de insospechado sabueso en la Barcelona de hoy en una carrera contrarreloj por desarticular una acción terrorista antes de que intervengan los servicios de seguridad del Estado.Años después de dejar el sanatorio mental donde compartieron celda, Rómulo el Guapo le propone un golpe a nuestro protagonista. Su negativa y la misteriosa desaparición de Rómulo serán el arranque de un enredo para resolver un caso de repercusiones internacionales con la ayuda de un infalible equipo: la adolescente Quesito, el timador profesional Pollo Morgan, el africano albino Kiwijuli Kakawa, conocido como el Juli, la Moski, acordeonista callejera, el repartidor de pizza Manhelik y el señor Armengol, regente del restaurante Se vende perro.Eduardo Mendoza regresa con una sátira genial, como las que sólo él sabe hacer.En ella la fábula crea su propia verosimilitud, que es, paródicamente, la del género policial, y la de la farsa convertida en apólogo moral. No se puede contar el libro sin una sonrisa; pero es imposible leerlo sin carcajadas, y sin comprender que en la Europa en quiebra técnica que habitamos no basta con el humor dinamitero e inventivo: es preciso, además, el don de la lucidez.