El libro contiene dos textos: un drama y una novela; además de un amplio estudio crítico de la obra de Ibargüengoitia. Ambos, la novela y el drama, se desarrollan en el México posrevolucionario del s.XX.
El atentado ha sido calificada de farsa histórica y el drama lo convierte el autor en comedia para moverse con mayor libertad.
Los relámpagos de agosto, primera novela del autor, es una parodia. Con estructura de memorias la novela podría integrase en ese cajón de sastre llamado novela histórica. Realmente, como buena novela histórica, es una novela de recreación en el que los hechos sirven de base a la ficción pero es ésta, narrando acontecimientos que no sucedieron, la que inventa la Historia interpretándola.
No es casual que ambas obras aparezcan en el mismo volumen pues están íntimamente ligadas en su ejecución. Los textos que consultó Ibargüengoitia para escribir El atentado sirvieron luego para componer Los relámpagos de agosto. Así, el texto novelístico prepara el drama pero al mismo tiempo deriva de él.
Con un humor oscuro, irónico Ibargüengoitia nos desmitifica la revolución mexicana y los personajes que prosperaron tras el triunfo de ésta. La intención del autor es clara: desacralizar, satirizar un proceso que la versión del régimen oficialista del PRI, pero también el imaginario colectivo internacional, había consolidado como mito inamovible de grandes héroes e importantes logros. Frente a una historia constituida como dogma de fe, Ibargüengoitia se erige como combatiente del revisionismo histórico, como ejemplo de pensamiento crítico. Sus armas: la irreverencia, el humor y el contraste entre el sentido manifiesto de lo afirmado y el sentido latente de lo que se expone. ( )